sábado, 28 de noviembre de 2015

oh, it's christmas, again.

Siento a velocidad de vértigo cómo de rápido de estan pasando estos últimos meses y cúan de cerca estamos del 2016 que casi ni me lo creo. Presiento cómo toda mi vida ha cambiado tanto en estos dos meses, pero no a mejor, sino a una situación de desconcierto al que nunca me había enfretado antes, cómo poco a poco se están asomando los amigos de verdad, los de buena calidad o cómo de raro es no ver a ciertas personas a todas horas, tan raro que a veces olvido cómo resonaba sus carcajadas o cómo era verles metiéndose contigo. A veces siento que no me apetece empezar año. Que si, que es un nuevo comienzo y nuevas 365 oportunidades pero es que cada día es una oportunidad y por cambiar de número no va a cambiar mi vida en absoluto. En verdad no tengo ganas de empezar otro año. No sé, ni siquiera parece que las Navidades estén a la vuelta de la esquina, por qué qué es navidad si no tienes a nadie con las ganas de darte un megaabrazón para demostrarte que realmente te ha echado de menos todo este tiempo. Quizás tanto frío queme, pero también despierta.

jueves, 29 de octubre de 2015

sorry

Qué triste es ver cómo la sociedad tiene tanto poder en los demás que nos acaba convirtiendo en monstruos desolados, sin almas, fantasmas de unas navidades pasadas. Es muy triste ver que ya no hay ganas de seguir trabajando por aquello que un día nos llevó a la fama, ver cómo la basura que suelta la gente por sus bocas nos termina hundiendo y que, por mucho que intentemos pasar de ello, nos termina hundiendo, corrompiendo, matando. Supongo que es cierto lo de que "a palabras necias oídos sordos" pero somos humanos, y todo termina explotando. Los apoyos, los ánimos, todo el cariño que se recibe para superar los baches está bien, está muy bien, pero llega un punto en el que la sociedad te come, te traga y no está dispuesta a tragarte. Y bueno, escribo todo esto a raíz de todo lo que pasó ayer con Justin Bieber en España. He de decir que nunca he creído que fuese el mejor ídolo que una puede tener pero he de reconocer que tiene mucho talento y que nos lo hemos cargado entre todos. (esta fue una frase que me dijo el otro día una vieja amiga). Y es verdad. Es cierto que se portó como un niñato, que hay que tener un poco más de respeto y de educación, que está medio Madrid ahí chillando (es verdad que a todas las niñatas las soltaba un guantazo, o dos) , que hay que ser agradecido porque todo lo que es a día de hoy creo yo que se lo debe a todas esas crías que le aman más que a sus propios padres  y que ha actuado fatal, que ha sido un niñato con todas las letras. Pero mi queridísimo Chato tiene razón, es muy duro ser él. Todos queremos triunfar en lo que mejor se nos da, pero nadie quiere ser criticado, porque todos sabemos que las críticas nos hunden, nos machacan. Y no sé, sinceramente creo que nos hemos cargado a una persona que lo único que quería , al igual que todos, hacer posible aquellos sueños que se llevaba a la cama cada noche antes de dormir, que al machacarle tanto tanto está siendo el niñato que hoy en día es. Tanto se habla de corrupción, tanto se habla de hipocresía, tanto se comenta la telebasura, tanto se comentan cosas tan secundarias, que cuando estamos (o hemos)  acabando con una persona nadie parece inmutarse.

domingo, 25 de octubre de 2015

Hello - Adele

Qué bien sienta volver a tu hogar de vez en cuando. Y más cuando el hogar no es un lugar y está en una persona. Volver a retomar viejas conversaciones que se quedaron a medias, volver a ver las horas volar por la cantidad de cosas que se han quedado sin compartir, dar marcha atrás y volver a disfrutar de la compañía de una persona, observar cómo han madurado ambas pero que aun así todo sigue como tenía que seguir, cambiando sin cambiar. Y supongo que esto es una vida sana. Poder ser capaces de alejarnos de una persona con la que vivimos varios años de nuestras vidas, con quien compartimos cada caída y en quien nos apoyamos en cada recuperación, quien nos secó las lagrimas con sus propias manos y luchó por introducir una sonrisa en nuestra cara, quien nos demostró lo bello y bueno de la vida, y que, aun siendo tan sumamente distintas dos personas, sean capaces de dejarse marchar durante cientos de días para volver a reencontrarse en el abrazo más cálido de Octubre. Poder entablar interminables conversaciones, poder disfrutar de una tarde de domingo no tan agria y melancólica como las demás, de nuevo escuchar cómo las risas conjuntas se vuelven a fusionar en una, recordar cómo era que de verdad a alguien le importase realmente lo que la cuentas, sin tener porque enmascarar todo, poder compartir tus miedos sabiendo que no va apuñalarte en cuanto te gires. Supongo que después de todo nos echábamos de menos y aun más de lo que parecía.



domingo, 11 de octubre de 2015

Sum 41 - With me

Un día cogeré y me iré. Me iré, me iré sin explicaciones, sin despedidas, sin lágrimas ni abrazos. Si eso con alguien. Pero acabaré marchando de un lugar en el que ya no queda nada excepto vacío. Sentir cómo llevas semanas alejada de todo, de todos. Supongo que es tiempo de nuevos comienzos, pero a veces no sabes si ya ha comenzado todo y es tan malo como crees o que aún no ha empezado nada y tienes miedo. Sé que la suerte ya no va agarrada de mi mano como cuando tenía 12 años, sé que ya no me puedo aferrar a un futuro mejor, porque es un futuro que construyo yo, sé que ya no estáis los que me sacabais las mejores sonrisas y me abrazabais con los abrazos más cálidos. Supongo que es hora de quedarme con los de verdad. O quizás tiempo de retomar viejas amistades, como si el tiempo se hubiese congelado y solo nosotros hemos cambiado. No lo sé, la verdad. Solo sé que el otro día cuando te vi entrando en el gimnasio, me sentí hogar. Me sentí como si 13 años después y unos cuantos separadas, siguiese todo como siempre. Tu siempre con tantas ganas de escuchar cualquier novedad de mi vida por muy mierda que sea, con tu disposición a dejar de entrenar por hacerme compañía un rato más, tus besos de abuela. En verdad me hubiese encantado quedarme a retomar las viejas historias y puede que tus abrazos ya no curen tan bien como antes, pero curan. En verdad, sé que eres de las pocas personas que realmente me desea lo mejor del mundo.

domingo, 28 de junio de 2015

¿no os da pena ver cómo todo finalmente termina desgastandose? Se desgastan los besos los primeros, después los abrazos, e incluso de aquellos que pensamos que eran nuestra uña y nosotros su carne, se termina acabando el último trago de aquella copa interminable, se acaba cayendo todas las hojas del árbol que hay debajo de nuestra ventana, se desgastan incluso los amigos de toda la vida. Y con ellos nosotros. Nos vamos desgastando y se van perdiendo ilusiones, personas,momentos. Supongo que despedirse siempre será la parte más dura de una historia, pero igual de duro es ver cómo ya no quedan personas por las que luchar o personas que luchen por ti.

No sé, supongo que es cierto eso de que los pensamientos de la madrugada son tus auténticos pensamientos, que es aquello que realmente piensas acerca del hoy. Y bueno, pues ayer a las 5 de la mañana llegué a casa y en vez de dormir me dio por pensar que por qué ya no hay más gente así. Personas que son amables, que son un cielo, personas que les ves y te transmiten confianza, que con un baile por ser amable te cala más que cualquier tirafichas de hoy, o personas que simplemente te sonríen y te transmiten tanta dulzura que te apetece abrazarlos aun sin conocerles, no sé, gente amable, sincera, pura, que les ves y piensas "tío, que autentico eres" aunque en realidad no les conozcas de nada. No sé, me falta gente que me transmitan todo con una mirada o una sonrisa. Y supongo también que ya no queda mucha gente así por el mundo y por eso me da pena, me da pena ver que todos los que son así o están escondidos o no existen más.

sábado, 20 de junio de 2015

Up - Olly Murs ft Demi Lovato

Creo que de todas las lecciones que he adquirido en estos dos años me quedo especialmente con dos. La primera es asumir las consecuencias de los actos de uno mismo, a ir de frente, que a lo hecho pecho y que esto es lo que hay. Y claro está aquello que hace tiempo se me olvidó: las cosas son como son, ni como os gustarían que fuesen ni como deberían ser. Supongo que todo engaño termina hundiendo al mentiroso, supongo que toda mentira tiene a su desenterrador y supongo que yendo de frente es como mejor nos irán las cosas. 

Con la segunda lección con la que me quedo es la de sudar del mundo, de los problemas de los otros y centrarse en uno mismo. A lo que añado aquello que me enseñó una chica con sombrero blanco: vive, vive como si no hubiese otra mañana en la que despertar, vive, porque la vida es bella. Y es cierto, es cierto que hemos olvidado vivir y disfrutar de cada momento dejándonos llevar por problemas secundarios y terciarios, alejandrinos de nuestro objetivo de ser felices. 

Por eso me encanta el verano. Porque en verano es un sudar completamente de los problemas de uno, porque es en verano cuando disfruto de cada minuto del día, cuando la gente que realmente me quiere se preocupa de mí aun estando en sitios distintos y a horarios distintos, contándome sus problemas y yo a ellos los míos como si la distancia no existiese. Y sí, quizás sea una cobarde por gustarme viajar y alejarme de todos los problemas, pero es que los problemas son aquellos que nos ahogan. 

Llega un momento en el que ya no lloro por las pérdidas porque sé quien soy, sé que sé cuidar muy bien de los míos, pero también sé que soy temporal. Que no soy alguien capaz de quedarme durante años y años junto a la gente y eso es un defecto, pero es lo que soy. Y me gusta ver como aquellos de los que hace meses que no sé nada vuelven a mí, bueno, volvemos los dos, a esos tiempos en los que nada cambiaba, que aun cambiando, juntos seguimos siendo los mismos.

sábado, 13 de junio de 2015

Cuando más lejos estoy , más asturiano me siento.

Por fin. Tras casi un año por fin he abrazado a uno de mis asturianos. Y no sabéis que es sentir por fin que vuelven las piezas que se alejaron, volver a sentirte casi completa.Ver cómo , después de tantos días sin alguno de ellos volver a abrazarlos y sentir la misma calma y alegría que un año atrás. Pero sobre todo, darte cuenta de que eran ellos los que te llenaban, que por muchos que vengan de otros lugares, son ellos a quienes realmente echas de menos. Ni Pamplona, ni Alicante, ni Andalucia, ni Valencia es comparable con el norte. Con mis asturianos. Reírme con Jorge como en Canadá, sentirme por fin bien cuando veo a alguien de Canadá y darme cuenta de lo mucho que les he echado de menos, que ojalá pudiese quedarme más con ellos o ellos conmigo, que ojalá no fuesen temporales en mi vida, que ojalá alguno de ellos sí se quedase. Hay veces que me gustaría que no fuésemos personas temporales.